LA VIDA

La vida para cada persona es algo distinto.

Cada uno vive, en el mejor de los casos, como quiere, en casi todos los casos, como puede.

La vida se presenta para cada persona como un universo virgen, que cada uno debe construir.

No hay reglas, ni ataduras. salvo uno mismo.

Tratar de fijar patrones de medida es limitar demasiado algo que de por si es infinito.

Cada cual construye su vida y su historia, nada es igual.

Nadie tiene la verdad absoluta para decidir o que esta bien y lo que esta mal, porque la felicidad, como el bien y el mal, va dentro nuestro.

Cada persona necesita algo diferente para vivir.

Lo bueno y lo malo es relativo a cada situación, cada persona, cada historia.

Lo importante es respetar ese universo que cada vida significa, con su escala de valores, su moral, su valor y también su cobardía.

Vivir no es fácil.

Tratar de exprimir cada momento es algo que todavía muchos no conocen.

Mirar para adelante, aprender de los errores, fijar pautas que partan de nosotros mismos, es un ideal muchas veces utópico.

Porque la tarea no es fácil, a veces,  la realidad aplasta, severa, inconmovible, cercena los sueños, devasta la esperanza.

Todo depende de uno mismo, está en nosotros rebelarnos y aprender de una vez por todas a ser felices, como se pueda, como seamos capaces.

Pues si al final, sabemos que al menos lo intentamos, nada, absolutamente tendremos que reprocharnos.

YA NO QUIERO CAMBIAR DE TRAJE

He mirado por aquella ventana….
La que tiene una esquina rota,
he sido roca devorada por las aguas.

Arena y polvo, polvo y tiempo acumulado. Hice equilibrio entre líneas paralelas
reconciliadas con el infinito.
Bostecé al compás del ruido de esa máquina,
y oculto entre las hojas olvidadas del tiempo.

Sudé horas de rabia,
sentimientos en forma de espera.
Después, mi cuerpo se vistió con tus manos.
Fabriqué con tu piel una ropa a medida.
Ya no necesite nada más,
tenía ropa y caricias.
Ya no quiero cambiar de traje,
el otro…el viejo se había convertido en cenizas.

EL SAPO Y LA GARZA

Había una vez un sapo que pasaba el día cazando mosquitos, zancudos y saltamontes para poder alimentarse. 

 Dicha actividad le marchaba bien porque cuando llegaba a los montes, zona donde se concentraban estos insectos, los capturaba sin ningún problema. 

 Un día el sapo fue a realizar su labor cotidiana a orillas del río y allí encontró a una triste y desconsolada Garza que al parecer pasaba una realidad contraria a el entonces el anfibio se compadece de ella diciéndole:

 -¿Qué te pasa amiga garza?

 -¡Ah, amigo sapo! – respondió-. Si supieras que en lo que va del día no he podido cazar ningún pez y ahora tengo mucha hambre… 

 Entonces el sapo se ofreció voluntariamente a apoyar al ave y se le ocurrió una idea: aventar presas a la corriente y apenas apareciesen los peces, ellos actuarían de inmediato. La garza aceptó dicho plan, pero cuando lo realizaron no tuvo mucho éxito. En ese momento solo cazaron un que no fue suficiente para su paladar. 

 Pese a esto, seguían insistiendo e insistiendo, y siempre obtenían el mínimo resultado. En un último intento, el sapo optó por zambullirse en lo más profundo del río, donde ahuyentaba a los peces de esta forma, la suerte fue su mejor aliado porque se amontonaron en dicho lugar un sin número de fauna fluvial. Así la garza decidió entrar a nadar por el manso caudal en donde consumió cuanto pez se le cruzara y una vez que había llenado su buche, el ave avisó al sapo diciéndole 

 -¡Hasta aquí, no más los dos salieron del agua y se dirigieron hacia una choza.

 Allí la garza tuvo palabras de agradecimiento hacia el sapo, por su notable colaboración de la cual salió beneficiada, y le dijo: 

 -¿Cómo pagare tu generosidad?

 Y el anfibio recibió el aprecio con humildad respondiendo: 

 -¿Cuánto más satisfecho me siento yo dando que recibiendo? 

 Así el sapo demostró que cuando uno hace un favor, no debamos pedir nada a cambio, como hizo él con la garza y le cambió el rostro de nostalgia por el de felicidad. Ambos personajes se despidieron dándose un fuerte abrazo.

HOY ME ACORDE DE TI

Cuando en aquel callejón oscuro
te di aquel beso robado y furtivo…
Te recordé en una noche de música y de baladas,
compuestas entre risas y llantos
para sonreír a medias,con el vaivén de los cuerpos…
Y creo que me acordé de ti
Porque no sé…
Mi cabeza es caprichosa, está un poco loca.

Mi corazón en un puño,Y en mi mano el alma.
Quise tomar un tren para escapar,
y escapé en el vagón de los sueños
y los sueños me llevaron hasta ti…
Y tú me recordaste que vivo,
y que vivo para ti.

Hoy recordé aquellas noches
donde la música era nuestra
y hacíamos del silencio palabras
y de las palabras silencio,
y del universo la voz.
Mi cabeza se llenó de imágenes multicolores,
y fue entonces que mis brazos sintieron otros brazos…

Me acordé de ti cuando vi la palabra cielo,
y el alma se me vistió de llanto.
Me acordé de ti…
En tu grito al destino,
en tu lágrima de hierro.
En tus ojos … en nuestras voces.
Me acordé de ti…
y entonces me di cuenta lo que siento …
lo que perdí … lo que lamento.

SERENA TU MENTE

La vida es un enigma que se resuelve por sí solo. No hace falta buscar demasiado, está ahí... sin más ... frente a nosotros. En el trayecto de nuestros anhelos y deseos siempre ocurre algo que nos hace ver lo que no observabamos. Y no era tan complicado, sólo había que estar presente en el ahora, lejos de nuestras cavilaciones internas que hacen desviar la atención de lo que late frente a nosotros: la presencia reveladora del enigma, el fugaz encuentro con la esencia del problema, con la mágica clave.

Sólo hay que estar atento, un segundo de íntimo silencio, para que la vida, una vez más, nos haga comprender que este juego de misterios y de obstáculos se resuelve cuando estamos verdaderamente presentes y dispuestos a vivir el enigma, con la atención parcial de un testigo que como un reflejo en el agua, siempre es fiel a devolver la imagen de quien le observa...