Palabras de vida eterna

Jesús había terminado de hablar acerca de que él era el pan de vida y quien comiera de él viviría para siempre. Su cuerpo es el pan de vida que lo dará como sacrificio para que la humanidad se salve. Él no es como el maná en el desierto que descendió del cielo y que fue dado a los hebreos para luego morir más tarde. Jesús es la vida eterna que ha descendido del cielo. Este hecho creó desconcierto entre sus discípulos, no entendían nada al respecto, menos cuando se les pedía mantener una comunión con el Hijo del Hombre (Jesús). 

Jesús sabe que sus palabras son muy duras, pero éstas son sinceras, no hay demagogia, no intenta engañar a nadie, menos a sus discípulo, compañeros en la  Misión. Sus palabras son sabias, dicen la verdad, no son huecas, sin sentido; más bien tienen sentido para la vida, están cargadas de amor, son sencillas y tiernas. A diferencia de ciertos personajes y líderes del pueblo, que hablan y hablan, prometen ciento de cosas, son palabras que tienen un encanto y atrapan a las personas, están llenas de engaño y maldad, no generan una vida en plenitud. No son coherentes con lo que dicen y hacen. Nosotros mismos empleamos muchas palabras en nuestro diario vivir y a veces nuestras palabras son más abundantes que nuestros actos. Algunos ejemplos: promesas sin cumplir, compromisos contraídos sin realizarse, inventamos infinidades de excusas para salir del paso, herimos a nuestros hermanos. Generamos palabras huecas, sin sentido y sin ningún compromiso, muchas de ellas están llenas de odio y rencor, etc. Sin embargo, en medio de esta realidad, Jesús nos dice que sus palabra son palabras de vida eterna.  

Tal vez hoy en día, estas palabras de Jesús sean para muchos muy duras y difíciles de poner en práctica en mundo que no quiere oír la palabra de Dios.  Se acomodan a lo que el mundo piensa y hace, sin discernir entre lo bueno y lo malo. Prefieren hacer oídos sordos y seguir en lo que están, sin importarles la vida eterna.  La palabra de verdad es así, franca, penetra en lo profundo del ser, pero nos confronta con nuestra realidad. El apóstol Pedro reconoce después de toso, que Jesús tiene palabras de vida eterna. No hay otro en el mundo en el cual podamos confiar. 

Nosotros los cristianos y cristianas tenemos esas palabras registradas en la Biblia, pero ¿cuántos de nosotros la leemos diariamente y la ponemos en práctica? ¿Cómo podremos nutrir nuestro espíritu si no nos alimentamos de la palabra de Dios?. El mundo hoy en día necesita esa Palabra de vida eterna, mucha gente necesita llenar sus vidas con dichas palabras sinceras, llenas de amor y compasión. Pero, ¿cuánto de eso estamos haciendo? El mundo cada vez se vuelve más irracional y va camino a su destrucción inevitable. ¿Quién lo salvará? 

Que el Señor Jesucristo nos siga utilizando como siervos y siervas suyos para seguir anunciando estas palabras de vida eterna en todo tiempo y lugar. Amén.

Supera tus miedos

“ Ser valiente no significa no sentir miedo. Ser valiente es cuando uno reconoce sentir miedo y logra superarlo para poder seguir hacia delante. ”

Haciéndose recordar.

A todos nos gusta pensar que el mundo se acaba con nosotros. Lo cierto es que nuestros conocidos, nuestros amigos y nuestros seres queridos nos sobreviven y a través de ellos también nosotros. No se trata de lo que tenías, si no de lo que diste. No de lo que parecías, si no como viviste. Y no se trata únicamente de ser recordado, se trata de dar a los demás una buena razón para que te recuerden.

La vida es como un viaje en barco

La vida es como un viaje en barco, subes y bajas según las olas. Gracias a los amigos, no pierdes el horizonte. Y cuando sufres naufragios, la amistad es la ancla que te apoya mientras buscas el nuevo rumbo. 

Es bueno ser felices

A veces el dolor se convierte en una parte tan grande de tu vida que esperas que siempre esté ahí. Porque ya no recuerdas la última vez que no estuvo en tu vida Pero, entonces, un día, sientes algo más. Algo que parece malo, probablemente porque es algo desconocido. Y, en ese momento, te das cuenta, de que eres feliz.

La felicidad nos llega de muchas formas. En la compañía de buenos amigos, En lo que sentimos cuando hacemos realidad el sueño de otra persona, En la promesa de una esperanza renovada.

Es bueno que nos permitamos ser felices… Porque nunca se sabe lo fugaz que puede ser la felicidad